Uno de los aspectos más importantes a la hora de efectuar una reforma de vivienda es la elección del suelo. Buscamos una superficie que sea duradera, resistente, económica y que entre dentro de nuestros gustos decorativos. En el mercado existen diversos materiales, pero hay dos que destacan por encima de todos y que suelen generar cierta confusión entre los consumidores. Se trata del suelo laminado y la tarima flotante. ¿Qué diferencias hay? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? ¿Cuál tipo de suelo es el más indicado para mi hogar? Seguro que son muchas las dudas que te asaltan, por eso hoy intentaremos solventar las más cruciales y las que, como empresa de reformas, más nos preguntan nuestros clientes.

Antes de hablar sobre las diferencias entre el suelo laminado y la tarima flotante debemos de explicar las características de cada uno de ellos para que te hagas una idea a lo que te enfrentas. Ambos materiales son perfectamente adecuados para cualquier domicilio, siendo su principal distinción que la tarima está hecha de madera, mientras que el suelo laminado está fabricado de componentes sintéticos.

¿Qué es el suelo laminado?

Como su nombre indica el suelo laminado está fabricado a base de panel de fibra de alta densidad encolado y compactado en cuatro capas. Una primera transparente resistente al desgaste, una segunda de diseño que imita la textura de la madera o del material elegido, una tercera que aguanta la humedad y por último una capa equilibrante que evitará que se abombe o arquee el suelo.

Este tipo de pavimento cuenta con numerosas ventajas: posibilidad de combinar los paneles y crear, así diferentes diseños, fácil cuidado y limpieza, montaje sencillo y rápido etc. Por el contrario, no se puede barnizar, ni lijar y en caso de que se presente algún daño habría que sustituir las piezas dañadas.

¿Qué es la tarima flotante?

Cuando hablamos de tarima flotante nos referimos a una plataforma fabricada en madera maciza o natural. El término flotante hace referencia a su forma de instalación, ya que no está pegado ni clavado en el suelo. Su colocación se realiza mediante rastreles nivelados facilitando esta labor.

La principal virtud de este tipo de suelo es su durabilidad. Se puede acuchillar y pulir con lo que con un simple lavado de cara obtendremos un piso nuevo. Además aporta un aislamiento que ayudará a que nuestra vivienda tenga mayor confort acústico y térmico. Como hándicap debemos decir que aumenta la altura del suelo (igual tenemos problemas con las puertas) y requiere de un mayor mantenimiento.

Suelo laminado vs Tarima flotante

Una vez explicadas las características de cada superficie, toca hablar sobre sus diferencias. Como hemos dicho anteriormente, la mayor discrepancia radica en que el suelo laminado se fabrica con materiales sintéticos, mientras que la tarima se construye con madera maciza o natural. Este punto se refleja en el precio destinado a su instalación; la instalación de tarima es más cara que el suelo laminado.

Otra diferencia radica en el mantenimiento y durabilidad. La tarima flotante dura más que el suelo laminado. Con unas simples labores de mantenimiento tendremos suelo para rato. Por el contrario, con el suelo laminado no pasa lo mismo. Si se deteriora, se debe instalar un nuevo revestimiento. Eso sí, el laminado aguanta más la humedad, los arañazos o las manchas, es decir, el trato de cada día.

Por último, nos encontramos en la variedad de diseños. En esta ocasión el suelo laminado tiene mayor posibilidad de acabados. Además de la madera, podemos optar por otros materiales como el cemento, la baldosa etc., una amplia variedad de modelos que con la tarima no sucede.

¿Qué es mejor suelo laminado o tarima flotante? ¿Qué pavimento es mejor?

Entonces, ¿nos decantamos por el suelo laminado o la tarima flotante? Cuestión difícil de resolver, ya que debemos analizar el uso que le vamos a dar. No es lo mismo una habitación en la que  se pasa poco tiempo, que un salón. Además, si tenemos niños pequeños o mascotas, la superficie va a sufrir mucho por lo que debe ser resistente.

Junto a este aspecto, no podemos olvidar nuestro presupuesto. Si andamos justos, lo ideal sería apostar por el suelo laminado. En cambio si queremos un piso único y diferenciador, la tarima es una apuesta segura.

Ambas opciones son ideales para cualquier hogar y seguro que cubren las necesidades de cualquier persona o familia. Eso sí, si quieres conocer qué material es más adecuado para tu vivienda y tu estilo de vida, en BDBN podemos ayudarte. Somos una empresa de reformas con capacidad de adaptarnos a cualquier situación. ¡Solicítanos información sin ningún tipo de compromiso!

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